EL
DESARROLLO EVOLUTIVO DEL NIÑO
APUNTES
PARA EDUCADORES Y PADRES
EL
SEGUNDO SEMESTRE DE VIDA ( 6-12 meses)
INTRODUCCIÓN
Este
segundo librito sobre el desarrollo evolutivo lo dedicamos a
estudiar el segundo semestre de vista desde la doble perspectiva,
como ya hicimos con el primero, de la conducta manifiesta , lo que
hace el niño, y la búsqueda del sentido evolutivo de dicha
conducta en el marco de un proceso adaptativo más amplio..
Cuando hablamos de
esquemas de percepción o de inteligencia nos referimos precisamente
a esa conducta profunda de la que deriva la conducta observable. No
puede ser comprendida la una sin la otra.
Cuando en los nuevos
sistemas educativos se habla de capacidades , esa realidad tan
importante en el desarrollo del niño pero tan difícil de evaluar
con los esquemas tradicionales, nos referimos a sus procesos
madurativos. Se trata de constatar si el niño, el bebé en este
caso, ha consolidado ciertos aspectos de su desarrollo que le
potenciaraN en la adquisición y desarrollo de nuevas capacidades. En
este sentido determinados aspectos de la conducta externa al
esquema, la que ejercita el bebé a diario , puede ser indicativa
del nivel de adquisición de esa capacidad.
En este sentido,
seguimos ofreciendo al lector las escalas correspondientes al
segundo semestre para que educadores y padres puedan de manera
sencilla y práctica hacer sus propias observaciones sobre el
desarrollo de sus hijos.
Durante el segundo semestre de vida vamos a asistir a un cambio
cualitativo en la capacidad representativa. Las imágenes mentales,
que ahora se construyen, serán en un futuro próximo las ideas y
los conceptos que van a permitir desarrollar el lenguaje.
Aparece la memoria visual y se produce el descubrimiento de señales
o indicios relacionados con las cosas , un rudimentario esquema que
será la base para que el niño llegue a tener en el futuro la
capacidad de captar lo temporal.
Desde el
punto de vista del desarrollo motor es la edad del gateo, la
postura erguida y la bipedestación. Y también en esta época,
desarrollan y consolidan la imitación, de enorme importancia para
su inteligencia futura, pues a través de ésta se desarrolla la
capacidad de simbolizar. Se da así un gran impulso a la
socialización al poder relacionarse con el resto de seres humanos a
través de los símbolos.
Agradecemos la gran acogida de los apuntes sobre el primer trimestre
en la vida del niño y procedemos a compendiar este otro grupo de
observaciones y reflexiones con el mismo propósito de que sea una
herramienta útil y al mismo tiempo amena para padres y educadores
CAPITULO PRIMERO
IMITANDO A TODO TREN
Hemos
hablado del nacimiento de la imitación, fenómeno que tuvo lugar a
lo largo del primer semestre de vida , sin embargo, ahora vamos a
asistir, desde los primeros meses del segundo semestre, un tipo de
ejercicio sistemático de esa capacidad
de imitación , pues la imagen mental
que ,como ya dijimos, hace de “negativo fotográfico” ,
teniendo su propia evolución, ha progresado en un doble sentido :
en que cada vez se “ impregnan “ , se asocian pasivamente más
imágenes, precisamente porque la capacidad para captar visualmente
aspectos de la conducta de los demás ya está madura, más
complejas y en segundo lugar aumentando considerablemente la
velocidad de la copia.
La
imitación es, como decía Jean
Piaget, biólogo suizo que estudió en los años sesenta del pasado
siglo detalladamente la conducta de los niños durante la primera
infancia, “ una acomodación pura”
. Con ello quería decir que la tendencia del niño a partir de esta
edad será la traducir a conducta las imágenes que han quedado
interiorizadas en la mente del niño. entrado en su mente y lo hará
por puro juego, por la propia necesidad de crear conducta propia a
partir de dichas imágenes. De esta manera ejercitando esa
acomodación en el vacío, en contraposición con otro tipo de
acomodación a una realidad externa, el niño se capacita para imitar
cada vez mas y mejor. Por supuesto, esta imagen no es ni mucho menos
todavía un calco fiel de la realidad que le rodea, sino lo que
selectivamente ha percibido de ella. La
capacidad de imitación dará más tarde lugar al juego simbólico,
al que dedicará tanto tiempo a partir de los dos años de edad y
hasta una edad ya avanzada.
El niño , con el
juego, no se adapta sino a su propia imagen de la realidad. Con la
imitación nace la capacidad para jugar y esto tiene un importante
doble efecto : hacer progresar su conducta perfeccionándola sin la
tensión propia de una acomodación a una realidad externa que
siempre exige un esfuerzo, y al mismo tiempo ampliar el propio
esquema imitativo desarrollando una imagen interior cada vez más
ajustada a lo que le rodea. Hay pues en la imitación un progreso
conjunto de asimilación de lo exterior y evolución de la imagen
interior.
Veamos algunos ejemplo relacionados
con la imitación de sonidos:
A
los siete meses y tres días : Se le
presenta el sonido “ Ahhh “ . Ríe . Luego abre la boca,
imitando el movimiento de la misma, pero no emite ningún sonido.
Cuando se deja de presentar el modelo, emite tranquilamente el
sonido imitándolo correctamente. Es decir la respuesta que se
produce espontáneamente es la sonrisa que viene a ser como un
indicador de que la imagen ha sido captada. Evidentemente , el bebé,
en este caso no puede dar la respuesta imitativa de forma inmediata,
pero sí lo hace diferidamente. Un comentario para edades
posteriores: valoremos siempre las respuestas de los alumnos aunque
no sean las respuestas esperadas, busquemos su significado
evolutivo.
A los siete
meses y diez días: Imita
inmediatamente sonidos que no ha imitado nunca anteriormente,
tales como pfs , abu, etc. No obstante, aunque no los haya imitado,
estos sonidos sí han sido producidos espontáneamente con
anterioridad. Generalmente a esta edad no se imitan sonidos
totalmente de forma inmediata. La velocidad de imitación es una
velocidad de evocación de algo que ya esta ejercitado.
A
los siete meses y veintisiete días :
Oye un ruido en la lejanía y lo imita inmediatamente, más o menos a
la altura del tono requerido y con un sonido único y prolongado.
En lo que respecta a gestos derivados del esquema de prensión imita
correctamente el gesto de rascar la sábanas y el de golpear un
objeto.
En la imitación de sílabas dobles tales como ma-ma, pa-pa, te-te,
que también se da a esta edad, no existe ningún contenido
significativo. No obstante el bebé está aprendiendo a emitir un
tipo de sonidos que le van a ser útiles socialmente ya que los
adultos se encargaran de proporcionarle el significado.
Del mismo modo
aparecen a esta edad las llamadas “ falsas
imitaciones” en las que el bebé
ejecuta una conducta que no es consecuencia directa de la maduración
del esquema de imitación (acercamiento y reproducción de la imagen
mental ), sino simplemente debido al hecho de que el adulto refuerza
la respuesta proporcionando gratificación al bebé. En este caso, la
conducta desaparece en cuanto el adulto deja de gratificar la acción.
CAPITULO
SEGUNDO
EL BEBE
ADQUIERE LA CAPACIDAD DE EXPLORAR ADECUADAMENTE EL MUNDO DE LOS
OBJETOS QUE LE RODEA
Al inicio del
segundo semestre de vida asistimos a una aparición de conductas tan
variadas, que nos hace pensar que la rigidez anterior ha
desaparecido y existe ya flexibilidad en la imagen mental. La
consecuencia más directa de esta flexibilidad va a ser la de
permitir al bebé realizar diferentes
maneras de exploración de objetos.
Incluso llegará como ocurre un poco más adelante a partir del
séptimo mes de vida, dejarse guiar en su exploración por las
características de los mismos.
La siguiente
observación corresponde a un bebé de
seis meses y un día : El bebé está
solo en la cuna y tira de las cortinas de la misma. Tira de ellas,
las suelta, las vuelve a tomar. Cuando suelta la cortina, mira sus
manos que se le han cerrado y las abre lentamente mirando atentamente
el movimiento de sus dedos . Repite esta acción unas diez veces. En
realidad está “reflexionando” sobre lo que ha hecho, está
aprendiendo a cerca de su propio gesto. Esta capacidad de percibir
lo que hacemos es de capital importancia. Va a diferenciar a los
niños excesivamente impulsivos de los que no lo son. Aquellos
tiene dificultad de poner atención sobre lo que hacen. Pero es
precisamente poniendo atención en lo que hacemos como adquirimos el
control de nuestra impulsividad. Ayudar a fijarse en lo que se hace
es una de las mejores terapias para niños impulsivos aplicable a
edades posteriores.
Al principio,
cuando aplica un gesto a un objeto desconocido y este no produce
el resultado apetecido, suele permanecer largo rato intentándolo a
pesar del fracaso, pero poco a poco se dará cuenta que tiene la
posibilidad de cambiar de esquema para conseguir lo que se ha
propuesto. A los ocho meses
le podemos ver ya cambiando rápidamente de uno a otro en busca del
esquema apropiado.
A los ocho
meses y dieciséis días observamos
que ante un objeto desconocido , el bebé lo coge, le da la vuelta,
lo palpa, le habla ( sonidos) , lo sacude, lo golpea, y se arquea.
Con el
desarrollo de la capacidad representativa y la correspondiente
flexibilidad mental en el cambio de esquemas orientados a una meta
aparece un principio general que regirá todo aprendizaje: la
capacidad de “equivocarse”.
Capacidad a la que se atribuye a partes iguales con el acierto el
progreso de la ciencia.
El “ fracaso” inherente al desarrollo humano explica el progreso
del conocimiento tanto como el éxito. De hecho la forma más
primitiva de aprendizaje, y muy eficaz en numerosas ocasiones, es el
llamado “tanteo”, es decir, la aplicación de un esquema de
conocimiento basado en el ensayo y error.
Al explorar un mundo
cada vez más rico en novedades, aparecen situaciones en las que lo
nuevo no encaja bien en nada de lo que el bebé tiene en su mente
hasta ese momento. Es necesario que perciba ese “ no encajar “,
pues de lo contrario no pondrá en marcha su mecanismo de búsqueda.
Ahora bien, la búsqueda va dirigida en primer , como ocurre también
en el pensamiento adulto, a las sensaciones o imágenes
interiorizadas que ha construido durante los últimos meses. A
través de ellas encuentra las soluciones.
A partir de este momento ese mundo
interior compuesto por múltiples imágenes empieza a tener más
importancia si cabe. Con él, y a través de él, el bebé, unas
veces guiando su acción y otras completando la acción ya iniciada
,empieza a encontrar soluciones adecuadas a los problemas que empieza
a plantearle la adaptación a la vida.
A esta edad caso se trata de resolver simplemente problemas
relacionados con aspectos tales como acoplar objetos, moverlos ,
introducirlos en recipientes, etc.
Cuando mayor riqueza
de sensaciones e imágenes interiores haya desarrollado, mejor podrá
captar los fenómenos exteriores. Esta forma de proceder de la
inteligencia es la que explica los más grandes descubrimientos de
la ciencia, puesto que conocimiento no es sino una interrelación
entre nuestras percepciones sensoriales ( lo que nos presenta la
realidad del mundo exterior) y nuestras imágenes interiores (
ideas y teorías).Y sabemos que quien no ha creado y tiene una buena
teoría, no puede alcanzar el conocimiento científico propiamente
dicho.
Si observamos a un bebé de
siete meses que trata de coger un objeto demasiado grande y que
se le escurre de las manos, veremos que acaba encontrando
el gesto ya ejercitado que que le sirva ahora para empujar
el objeto con la parte lateral de la mano. Y le resulta por su
novedad tan interesante, que puede pasarse a su vez largo rato
experimentando con él.
De la
misma manera, podemos observar que cuando le cae un objeto de las
manos consigue captar la caída del objeto y acaba aprendiendo a
tirarlo en una determinada dirección. De este
modo crea a partir de gestos antiguosí un nuevo gesto
orienatado al lanzamiento de objetos.
En la medida que
la representación progresa y aumentan las imágenes mentales, el
bebé empieza, en cierta manera, a
prever acontecimientos. Ahora bien,
como esta capacidad es todavía rudimentaria, sólo podemos hablar
de la captación y emisión de indicios
o señales y no de la ejercitación de
una actividad realmente previsora.
Así
llora por las mañanas en cuanto oye crujir la cama de su madre,
reclamando así el biberón . Es esta una observación realizada a
los siete meses y diez días.
A
los ocho meses y cinco días vemos que
grita ya de una forma característica (grito de hambre), nada más
su madre entra en la habitación, cuando unos instantes antes estaba
callado. También se produce ese grito, si quien entra en la
habitación es el padre.
En ambos casos las previsiones del
bebé están ligadas a las satisfacciones de sus necesidades, por
tanto hay que decir que su capacidad de emitir e interpretar indicios
es limitada.
La
importancia de la captación y utilización de la señal está en
que el primer y más rudimentario
esquema de percepción del tiempo que
posee el ser humano tiene que ver precisamente con aquellas señales
que acompañan de forma regular a los acontecimientos.
Además a esta edad la imagen interior construida a través de
coordinaciones de sensaciones nuevas, obtenidas a lo largo del primer
y el segundo trimestre, lsirve para actuar de forma cada vez más
inteligente pues , gracias a su memoria visual, puede ampliar la
búsqueda a objetos que incluso han desaparecido de su vista por
unos momentos, sin que por ello se detenga la búsqueda.
Así a los seis
y siete meses de vida, si un objeto le
cae de las manos, lo busca en donde lo ha visto anteriormente.
Lógicamente no sabe todavía nada de trayectorias pero
observaciones de este tipo indican que retiene perfectamente no
sólo la imagen del objeto, sino también aspectos del contexto.
Así cuando es él quien tira el objeto , en ese caso, sí sabe
dirigir la búsqueda en la dirección en que tiene la mirada.
Aunque sigue sin poder seguir la caída del objeto.
Sin embargo al
octavo mes
ya busca sistemáticamente por el suelo, cuando se le cae el objeto
involuntariamente de las manos. Y al
noveno mes busca en la dirección en
la que se ha producido el ruido de la caída o dirige correctamente
la mirada hacia donde ha caído un objeto aunque no lo estuviera
manipulando en ese momento.
La memoria
visual progresa rápidamente durante todo el segundo semestre de modo
que puede recordar algo (observación hecha a los nueve
meses y nueve días) aunque en ese
espacio de tiempo haya mediado otra acción, como el caso, que
relata J. Piaget , en que el bebé recordó perfectamente el lugar
donde estaba una persona , después de haber jugado un rato con una
segunda, dirigiendo su búsqueda al lugar exacto en donde había
quedado la primera.
Este
volver de nuevo a las acciones interrumpidas recibe el nombre de
reacciones circulares diferidas .
Con ello se quiere dar a entender que sigue existiendo aquel esquema
circular inicial del que hemos hablado en diversas ocasiones a
partir de las primeras conducta reflejas del los primeros días. De
hecho significa que el bebé continua volviendo siempre a un inicial
punto de partida , pero lo que es más importante, significa también
a estas alturas del desarrollo infantil existe ya una huella o
capacidad representativa basada en este movimiento circular
perfectamente adquirida, de modo que ahora el niño la utiliza para
volver a acciones interrumpidas con anterioridad. Se trata de una
nueva capacidad adaptativa.
La ampliación
de la percepción
del espacio
, le lleva a su vez a un progreso en la captación y previsión del
movimiento de los objetos. Así
realiza anticipaciones cada vez más correctas de la ubicación
sucesiva de un móvil teniendo en cuenta sus desplazamientos, pero de
forma limitada. Afectan estas previsiones exclusivamente a
prolongaciones de acciones en curso y realizadas por el propio niño.
De momento el movimiento del objeto forma un todo con las impresiones
sensomotrices que acompañan al movimiento de ojos, cabeza o tronco.
Así pues sólo buscará aquello que ha pasado básicamente por sus
manos. Si pierde de vista un objeto en movimiento, entonces o bien
prolonga los movimientos esbozados o bien vuelve al punto de partida
.
Veamos algunos
ejemplos ilustrativos de de la utilización estos esquema
representativos:
Ocho
meses y treinta días : Araña una caja
colocada a su izquierda. Abandona esta acción cuando una persona
aparece por su derecha y suelta la caja entreteniéndose a
continuación con la persona que ha entrado. Luego de un rato, retira
la vista bruscamente de la persona con la que se había distraído y
vuelve a la posición adecuada para tomar de nuevo la caja y seguir
jugando.
Nueve
meses y tres días : Trata de tomar la
manta detrás de su cabeza. Se distrae al serle presentado un
juguete. Lo mira y trata de tomarlo, pero bruscamente interrumpe la
acción y busca detrás de ella con la intención de tomar la manta
de nuevo.
Otra de las
consecuencias directas de contar ya con una memoria visual más o
menos desarrollada, es que puede
reconstruir la imagen total a partir de una parte visible del
objeto.
Veamos
la evolución de lo que acabamos de comentar. Al
principio del semestre, a los seis meses,
el bebé es capaz de descubrir el biberón oculto del que sólo es
visible una parte, o un lápiz que sobresale 2 ó 3 cm ; pero a
los siete meses aparta con prontitud un
obstáculo que le impide ver una cara o a una persona que se le
acerca. Del mismo modo baja con una mano un almohadón que oculta
la mitad inferior de una caja.
Sin embargo aunque haya visto ocultar un objeto, si éste queda
totalmente oculto, no lo busca. Aunque los movimientos de ocultación
sean lentos, el niño de esta edad seguirá la mano que ha ocultado
totalmente al objeto, pero no buscará el objeto en el lugar
ocultado.
A
la edad de nueve meses el bebé ya
levanta un cojín o una manta para buscar un objeto totalmente
oculto, señal de que es capaz de
retener su imagen el tiempo necesario. Al principio lo que hace es
encontrar lo que esta siendo percibido en ese momento, por ello al
menor obstáculo abandonara la búsqueda; pero luego esta búsqueda
se hace persistente e incluso puede ser intercalada con otras
acciones, de modo que el bebe volverá de vez en cuando a buscar el
objeto. A esta capacidad le llamaremos concentración
tanto para explicar lo reducido de la misma como pare indicar que el
esquema que está siendo ejercitado no desaparece de su mente y
puede ser completado en etapas sucesivas.
CAPITULO
TERCERO
UN BEBE MUY CUCO
Ya vimos que la sonrisa aparecía
con prontitud en la cara de un niño, como un simple mecanismo de
relajación de la comisura de los labios. Así pues esbozaba
fácilmente sonrisas mientras dormía durante los primeros meses.
Pero, cuando esa sonrisa aparecía durante el día tenía la
virtualidad de desencadenar en el adulto un torrente de gestos,
movimientos, tonos de voz y palabras alegres, al creer que
efectivamente el bebé les estaba sonriendo. La importancia de
este efecto mutuo transcendental a lo largo de todo el primer año
de vida, pues se establece un sistema – respuesta concatenada -
que además de proporcionarle un sin fin de estímulos, brinda al
bebé la ocasión de crear un esquema de relación social en
el que a una acción sigue otra tanto en un sentido (el adulto
se mueve cuando el bebé sonríe ) como en el contrario ( el
bebé sonríe cuando el adulto se mueve ).
Estas reacciones
mutuas , en feed-back, tienen gran importancia para el progreso de la
relación social en general y darán lugar, a lo largo de todo el
segundo semestre de vida, a un sin fin de juegos de relación social
tales como el juego del cu-cu
y otros que hacen las delicias de padres e hijos durante estas
edades. Pero además, estos juegos sociales ponen la base de un
nuevo esquema mental, muy importante para el desarrollo de la
inteligencia: el de la percepción de la
sucesión de acciones como causa y efecto. Y
de este modo ,con esta nueva capacidad, el
desarrollo o maduración del esquema de causa – efecto, la
conducta del niño se hace cada vez más y más intencional.
Hemos visto que
el niño, meses atrás, era capaz de aplicar aun mismo objeto
gestos variados , diferenciados a partir de un tronco común
conducta. También hemos visto que ha sido capaz de separar esos
gestos unos de otros, como si de acciones diferentes se tratara. El
siguiente paso evolutivo, al que vamos asistir ahora, consiste en
coger una acción o gesto claramente diferenciado y ponerlo como un
fin al que tender y luego coger otras acciones o gestos de esa misma
secuencia ejercitada y utilizarlos como medios para alcanzar dicho
fin. Con otras palabras, se trata de construir
secuencias nuevas de gestos a partir de secuencias anteriores para
llegar a un objetivo o resultado final.
Tiene así la
posibilidad de secuenciar los gestos de
manera diferente , es
decir de combinarlos
Esta manera de
proceder, construyendo secuencias que no existían con anterioridad,
le permitirá llegar, a través de innumerables combinaciones, a
resolver problemas adaptativos aparecidos en situaciones nuevas para
él. Es a partir de este momento, a mitad del segundo semestre de
vida cuando se establece la aparición de la conducta intencional.
Veamos
el siguiente ejemplo. Nueve meses y dos
días: El niño trata de coger un
objeto que está un poco alejado, como no lo consigue recurre a
gestos, que recuerda, tales como tirar de un cordel que está
cercano, mover su cuerpo, hasta que llega a él. Hace sólo unos
meses cuando intentaba coger algo y no podía se conformaba con
coger otro objeto. Ahora busca cómo conseguir lo que se ha
propuesto. Esto indica que hay imágenes que se convierten en metas y
que la existencia de una meta le lleva a utilizar la memoria para
mantener en su mente dicha meta , es decir es ya capaz de crear
un propósito.
Como consecuencia de
la construcción de estas combinaciones intencionales de gestos, los
objetos vuelven a ofrecerle un gran número de nuevos resultados
interesantes a los que hasta este momento era ajeno, los cuales a
su vez se convertirán en fuentes de renovada atención. Unas veces
consigue obtener los efectos buscados, otras descubre resultados
nuevos y, como consecuencia de todo ello, a su vez descubre nuevas
propiedades de los objetos, ampliándose cada vez más la imagen
sensorial que de ellos tenía.
A
los nueve meses y dos días observamos
que intenta coger algo tirando de una cuerda y descubre que ésta
sirve para hacer sonar una campana, utilizándola a partir de ese
momento con este fin. También intenta golpear un objeto con otro
para hacerlo sonar o mueve su cuerpo con la finalidad de hacer
mover un sonajero que cuelga de su cuna, o también mueve un muñeco
que estuvo colgado y que cuando lo cogió, en una ocasión, hizo
sonar los sonajeros.
Existen propiedades de
los objetos que son descubiertas precisamente como consecuencia de la
persistencia que acompaña al intento de alcanzar una meta y que por
tanto el bebé puesto que carecía de la capacidad de establecerlas y
consecuentemente de esta persistencia en sus actos, no había sido
capaz de descubrir con anterioridad .
De esta manera la imagen sensorial se amplía a través de una
exploración sistemática de los objetos y el bebé obtiene un sin
fin de nuevos descubrimientos.
Veamos las
siguientes observaciones de un bebe de
ocho meses.
En
el acto de explorar un objeto, éste se le escapa, e inmediatamente
juega a que se le escape.
Al golpear un objeto ve que éste mueve otro de una determinada
manera, y juega a tratar de repetir el
movimiento del segundo.
Estas observaciones indican que su atención va dirigida a lo que
hace pero también a como lo hace desarrollando ambas capacidades
representativas
En
la medida que el niño se da cuenta que ciertos gestos conllevan
determinados resultados y otros no, perfecciona, de manera
inconsciente pero efectiva, por un lado
la capacidad de percepción de causa-efecto y
, por otro, adquiere la noción del
objeto como instrumento.
Así,
a los ocho meses de edad ya trata de
utilizar la mano de otra persona como intermediario para producir un
resultado interesante. Y a los once
indica con un gesto al adulto lo que
tiene que hacer su mano, por ejemplo apretar un botón que él no
sabe hacer.
A
los doce meses
el niño descubre no sólo que ha gestos sino objetos que pueden
servir de instrumento para realizar determinadas faenas y , al
contrario, que ciertos gestos pueden impedir realizar otras que le
puedan ser desagradables.
Un dato curioso es que
ante algunas molestias, como por ejemplo la limpieza de la nariz ,
el niño no separa la mano del adulto hasta que tiene bien adquirido
el esquema de apartar objetos para ver lo que hay detrás o el de
utilizar un objeto como instrumento para producir un efecto sobre
otro. Hasta este momento el bebe se ha limitado a apartar su cara
ante la molestia que supone que le suenen. Indica que la conducta
humana , aunque algunos casos nos resulte difícil de comprender,
aparece siempre ligada a esquemas previos que la hacen posible de lo
que se sigue una importante conclusión de carácter pedagógico:
buscar siempre la causa de un determinado fracaso en el niño en
lugar de ampliar el sentido de su fracaso.
Pero como toda moneda
tiene su reverso, el progreso que le está llevando al bebé a
persistir en sus metas y a descubrir aspectos tan interesantes de la
realidad, le produce por primera vez sentimientos de frustración
ligados a su propia actividad en aquellos casos en los que no puede
conseguir sus objetivos, como consecuencia de la tensión que pone en
ello.
Estas primitivas frustraciones se acompañan de arrebatos de cólera
que se diferencian claramente de los lloros provocados por otros
motivos.
CAPITULO CUARTO
SIGUIENDO
UN ORDEN
Con la exploración
sistemática de los objetos, el bebé llega a darse cuenta de que
un determinado gesto, como por ejemplo, el de apretar con el dedo
pulgar una parte del mismo, produce resultado (movimientos o
desplazamientos) diferentes, según sean estos.
En
este momento el gesto parece
independizarse de su esquema anterior y
constituir por sí mismo un nuevo esquema. Los psicólogos
evolutivos dicen que el bebé es capaz de crear por sí mismo, a
partir de este momento esquemas de
acción.
Estos
esquemas indican la existencia de un
grado de abstracción primitiva puesto que dejan de tener una ligazón
directa con los esquemas motóricos previos de donde provienen.
Funcionan por sí mismos de forma
independiente. Y esta independencia de la acción va a tener una
consecuencia directa, muy importante, en el desarrollo del lenguaje
y su aprendizaje, como veremos más adelante, y de manera especial
con la aparición de los verbos. El lenguaje se convierte y en una
prolongación de la acción infantil y conserva incluso su
estructura ( J. Bruner 1984)
Al principio,
a los ocho meses, aplica
diferentes nuevos esquemas de acción a un
mismo objeto, luego a los diez meses
podemos observar cómo es capaz de aplicar ya un mismo esquema de
acción a diferentes objetos, lo que supone un dominio mayor de los
mismos. Y a los once
meses es capaz de aplicar esquemas de acción diferentes de forma
simultánea. Se trata de un proceso al que dedicará el último
trimestre de vida del primer año.
A
los once meses y veintiocho días
vemos al bebé sentado y agitando una campanilla y cómo interrumpe
bruscamente su acción para colocar la campanilla delante de su pie
derecho, y le da una patadita. Esta acción es la inversa a aquella
otra en la que el bebé apartaba un objeto para ver otro. Ahora se
trata de poner un objeto en un lugar determinado para a su vez
aplicar , ejercitar, un nuevo esquema de acción. En este caso se
trata de experimentar con la acción de golpear objetos con el pie.
Vemos pues que con la independencia de los esquemas y su correlato
, el esquema o capacidad de generar nuevas acciones, tanto la mente
como la conducta progresan rápidamente.
Esta
construcción de secuencias, que ejercita el niño durante el
último trimestre del primer año de vida, le predispone
a poder disociar aspectos de su
conducta y también de sus imágenes mentales.
De aquí al
descubrimiento de las señales que preceden a ciertos fenómenos,
como veremos a continuación, sólo hay un paso.
La
percepción de secuencias, con su antes y su después, lleva
directamente, ahora ya hablamos de capacidad de abstracción
primitiva , a crear un nuevo molde
evolutivo en donde se cimentará una
primera noción de tiempo como
percepción de sucesos.
Es este un caso más que muestra que
las conductas que en un momento dado están a la vanguardia
del desarrollo y que el niño adquiere lentamente y con
esfuerzo, una vez consolidadas, se convierten en base o molde
sobre el que elaborar conductas futuras. Hay por ello que
considerar cada etapa del desarrollo en sí misma como si de la
etapa de vida más importante de la vida del niño se tratara, sin
esperar del futuro aquello que no se ha obtenido y consolidado
convenientemente en el presente y evitar así que muchos procesos de
aprendizaje resulten acelerados y al resultar incompletos o inmaduros
no hagan sino crear frustraciones en los niños cuando se les pide la
realización de una conducta que le es imposible evocar.
Hay que tener en
cuenta que los procesos de maduración varían de un niño a otro,
tanto debido a su propia base biológica como a las oportunidades que
le ha ofrecido el entorno en un momento dado del desarrollo. No hay
pues que equiparar a los niños en los momentos de partida , sino
conseguir de ellos , si así lo deseamos por educación un parecido,
que tampoco igual, punto de llegada o meta del aprendizaje.
CAPITULO
QUINTO
INDICIOS Y SEÑALES
Hasta ahora los indicios que había percibido y utilizado el bebé
se referían a ruidos o cambios en el ambiente asociados a sus
necesidades, a través de los que había podido llegar a saber que
iba a producirse un acontecimiento determinado y de este modo vimos
cómo preparaba sus respuestas o incluso las anticipaba.
Pero,
poco a poco, este proceso se va generalizando de modo que a la edad
de nueve meses ha ampliado ya estos
indicios a situaciones que no tienen que ver ya directamente con sus
necesidades. Por ejemplo, es capaz de distinguir a las personas
que entran en la casa por sus pisadas y adelantar respuestas
diferenciadas según de qué persona se trate.
En
esta observación, un bebé de nueve
meses se pone a llorar cuando la
persona que está con él se levanta y hace movimientos hacia la
puerta. Y cuando se le presentan dos platos con comida diferente ,
vigila la cuchara y abre la boca o no la abre, dependiendo de plato
de donde viene. Un poco más tarde,
a los diez, no necesita ver de donde
viene la cuchara, le basta el sonido que hace al chocar con el
plato. Y a los once meses
le basta el ademán de que se le va a quitar algo para que se ponga a
llorar.
En
todos estos casos vemos cómo los primitivos indicios asociados
siempre a las necesidades del niño a finales del primer trimestre ,
han pasado, al final del segundo a convertirse en verdaderas
señales.
Lo
que ahora se convierte en el estímulo
que desencadena su conducta diferenciada, es ya algo más externo,
del mismo modo que sabemos que el humo es señal de fuego
independientemente de cualquier acción o necesidad humana
Esta manera de proceder indica que sus imágenes mentales puede ya
disociarse completamente lo que permite la percepción de un antes y
un después del que hemos hablado en su relación con un inicial
esquema de percepción del tiempo.
CAPITULO SEXTO
LOS PRIMEROS PASOS EN HABLA INFANTIL
Durante el primer semestre,
en algunas ocasiones en que el bebé había emitido sonidos, los
adultos presentes sin saber bien porqué, le imitaban ofreciendo así
un refuerzo positivo, un resultado interesante, plenamente adaptado
a su capacidad de asimilación, que el bebé trataba de reproducir.
Incluso, llegaba a establecer con las personas más cercanas, madre,
padre, abuelos, cuidadora, una especie de diálogo de gorgeos.
También vimos como percibía que sus sonidos provocaban en las
personas que le rodeaban todo tipo de reacciones, es decir , un
aumento de est\imulos. Vimos como “ hablaba” a todo el mundo
incluídos los objetos. Sus palabras , recordemos, eran bisílabas
compuestas de sonidos guturales, labiales y dentales. En realidad no
significan nada, no tenían contenido, simplemente eran un simple
instrumento para mantener una incipiente relación social
Pero
efectivamente la comunicación humana evoluciona y se caracteriza por
utilizar verderas palabras no pseudopalabras sin significado. La
palabra propiamente dicha tiene dos componentes: el
significante que son los sonidos que
se imiten y el significado
que es el contenido, la idea que se esconde detrás de cada
determinada combinación de sonidos.
A partir del
segundo semestre de edad el bebé se
prepara para ser capaz de emitir, en primer lugar, los significantes
de las palabras, desarrollando su base fonológica. Pero no podemos
hablar tampoco en este caso de palabras propiamente dichas, pues,
aunque llegue a pronunciar casi todos los sonidos del habla y sean
estos ya muy parecidos a los de las palabras propiamente dichas,
desde el punto de vista de su pronunciación, siguen sin tener
todavía contenido, siguen estando vacías. La capacidad de imitación
ha progresado mucho como hemos tenido ocasión de ver por eso es
capaz de imitar el habla mucho antes de comprenderla y, lo que es más
curioso, imita igualmente el tiempo de emisión, las pausas y los
tonos de voz.
Más
adelante, durante el segundo año de
vida, cumplido el primer año de edad,
veremos como con un cierto repertorio ya adquirido de significantes
el bebé se lanza a la comunicación humana.
Hay una etapa intermedia o paralela al perfeccionamiento fonológico
que por exigencias de la comunicación él mismo inventa las
palabras: pio-pio es un pájaro, guau-guau un perro o ta-ta la
persona cercana. Así pues los primeros significados no se asocian a
los verdaderos sonidos del habla humana sino a otros. Es como si dos
esquemas diferentes el fonológico de los significantes y el
simbólico de los significados debieran ejercitarse de forma
separada para después converger. Y esto es así porque la forma de
desarrollarse de uno y otro esquema pertenecen a aspectos madurativos
muy diferentes y nos da la clave sobre por qué los seres humanos
podemos expresar las mismas ideas a través de lenguajes tan
radicalmente diferentes. Del mismo modo nos da la clave de porqué
podemos aprender nuevos lenguajes. Por último nos indica que el
lenguaje es un instrumento de un pensamiento cuyo desarrollo tiene
leyes propias. Aunque el lenguaje cumpla una función fundamental en
el mismo pensamiento, pues sabemos que relación social, pensamiento
y lenguaje son caras de un mismo prisma.
Después de esta fase, cuya extensión es de varios meses,
necesitará casi un año más para cambiar poco a poco sus
significantes por los que son comunes al habla de los adultos y
utilizar así las mismas palabras que los demás. En este caso el
aprendizaje del lenguaje realizará algo parecido a lo que vimos en
los primeros meses con los reflejos, desandar un camino para andar
otro. Pues este destruir para construir no es una tarea absurda sino
la manera de aprovechar esquemas anteriores en funciones nuevas.
De momento,
durante este segundo semestre de edad,
el bebé va a seguir construyendo el molde fonológico en el que
se apoyará el lenguaje. Y lo hace pasando de un primer momento en
que los monosílabos y bisílabos que emitía debían ser
reforzados continuamente por los adultos, pues de lo contrario eran
olvidados, a una segunda fase en la que es él quien nombra lo
que le rodea con secuencias de sonidos más o menos aprendidas y que
los adultos se encargan de corregirle presentando reiteradamente el
modelo apropiado, de modo que esos sonidos quedan definitivamente
reforzados mediante asociación con un significado que tiene valor de
comunicación social.
Veamos con algunas
observaciones a partir de los seis meses:
A
los 0;6(5) cuando se le pone de pie,
o cuando estando de rodillas trata de iniciar los movimientos que le
llevarán al gateo – una especie de balanceo sobre brazos y
piernas -, produce sonidos bisilábicos.
El intento de hablar se generaliza y se convierte en una
respuesta no sólo a los estímulos provocados por la visión de los
objetos, sino que también acompaña al ejercicio motor y a la
ejecución de esquemas de acción como son los movimientos con los
que se dirige a donde están las personas o los objetos deseados.
Este juego de
emitir sonidos mientras actúa, tiene un doble efecto. Por un lado,
le lleva a perfeccionar su fonación y abrir el camino a nuevas
combinaciones silábicas, que en un primer momento surgen como
consecuencia del azar y que posteriormente, mediante la repetición,
quedan determinadas a semejanza de los tonos y la pronunciación del
lenguaje adulto, creando un léxico
o conjunto de secuencias fonológicas que podrá utilizar a su
antojo. Por otro lado, se da la circunstancia de que el conjunto de
personas próximas y coartífices de su desarrollo, padres, abuelos,
cuidadores y educadores, su mundo social , responden , con redoblado
ímpetu, a esas emisiones que cada vez se parecen más a sus propias
palabras, presentando a su vez nuevos estímulos y correcciones que
abarcan las inflexiones de voz, las secuencias de consonantes, el
tono, el acento y la modulación de la voz , inhibiendo aquellas que
no son propias de su lengua materna y estableciendo así la base para
ejercitar el habla de su círculo social, con la que experimentará
durante el segundo y tercer años de vida hasta llegar a imitar
plenamente el lenguaje humano.
CAPITULO
SEXTO
EL
BEBÉ OBSERVA EL MOVIMIENTO : CÓMO SE DESPLAZAN LOS OBJETOS
El bebé ha
adquirido durante el primer semestre de vida la capacidad de
observar los objetos concienzudamente y , gracias a esta observación
sistemática, ha enriquecido la imagen sensorial hasta poder hablar
con propiedad de la existencia de una imagen mental y una
incipiente capacidad representativa de un mundo exterior. Con la
capacidad representativa el ser humano adquiere una nueva dimensión
que nos separará definitivamente de la inteligencia de cualquier
animal incluidos los simios superiores. Efectivamente, es la
capacidad representativa la que permite crear las sociedades
propiamente humanas. Pero esta relación entre la capacidad
representativa y la relación social la veremos mas adelante con
detalle cuando hablemos de la aparición del mundo simbólico en el
niño; ahora vamos a ver, a través de unos cuantos ejemplos, cómo
la imagen mental se prolonga en una
especie de unidad de varias imágenes
para que el niño pueda captar el movimiento.
Ya hemos comentado que
con la consolidación de la imagen mental aparecía la memoria
visual. Pues bien hasta que no se llega a un determinado desarrollo
del nivel de memoria, el niño no puede empezar a captar
adecuadamente el desplazamiento de los objetos, en primer lugar los
que se mueven con lentitud y poco a poco los que se desplazan con
más rapidez. Del mismo modo irá asimilando los desplazamientos de
los adultos, el movimiento de sus brazos y piernas y sus gestos en
general. El campo de asimilación de realidades móviles, en este
caso en forma de movimientos de objetos y personas, se desarrolla
considerablemente durante el segundo semestre. Con esta asimilación
la capacidad de imitar recibe un nuevo impulso de manera que
pasará a secuencias de personas ,objetos y animales en
movimiento.
Como era de esperar, mientras
desarrolla este tipo de percepción nueva, el bebé cae en errores
tales como los que se derivan de no tener en cuenta desplazamientos
sucesivos un tanto complicados.
En este
caso el bebé buscará a las personas u objetos cuya trayectoria
está siguiendo y que pierde de vista, donde los vio por primera
vez.
Así, por
ejemplo, para bebé de nueve meses y
veinticinco días, aunque se haya
ocultado por completo una muñeca ante sus ojos, tras una manta,
todavía la buscará, después de mostrar su enfado, debajo de una
tela donde había sido ocultada con anterioridad y que en aquel caso
supo encontrar. Del mismo modo, si se hace sonar una campana que se
ha ocultado totalmente ante sus ojos, el niño la buscará donde la
vio y oyó sonar en otras ocasiones.
Por mucho que nos pueda parecer evidente que un objeto que se ha
visto esconder debe estar donde se ocultó, para un bebé de esta
edad, aunque sea capaz de seguir los movimientos de un objeto, se
trata de una tarea ardua y no es capaz de descubrir un objeto
totalmente oculto. La pérdida de la imagen en su totalidad le exige
un esfuerzo muy grande de memorización y evocación para el que no
está aún preparado. Le es más fácil seguir el movimiento del
objeto si no pierde la imagen de vista. Sin embargo, sí puede
descubrir un objeto si queda a la vista una parte del mismo. En este
último caso la descubrirá rápidamente pues esa parte que está a
la vista actúa como indicio del todo.
Un hecho curioso o
sorprendente , si el objeto es totalmente nuevo, le puede resultar
más fácil descubrirlo, aún en el caso en que sea ocultado en su
totalidad. Esto indica que el dificultad para la búsqueda de algo
está relacionado con el contexto en el que previamente ha estado
situado el objeto o la persona. La extracción de un objeto de su
contexto le produce un tipo de conflicto cognitivo que no puede
resolver. En cualquier caso los adultos también sabemos del efecto
del contexto, por ejemplo cuando tratamos de recordar donde hemos
visto a una persona que se nos presenta en un lugar del que estamos
habituados a verla.
CAPITULO
SÉPTIMO
UN SALTO
IMPORTANTE: LA IMITACION DE GESTOS NO VISIBLES
Durante el segundo semestre de vida los bebés muestran ya mucha
destreza en imitar ciertos gestos de los adultos, pero les resulta
difícil imitar algunos tales como sacar la lengua , poner su mano
sobre la cabeza , etc. Se trata de casos en los que el bebé no puede
ayudarse de la visión para realizar la acomodación necesaria de su
gesto al modelo.
¿Cómo pues imitar
tales gestos?
La inteligencia trata siempre de solucionar los problemas de
adaptación que el medio, en este caso de carácter social , le
presenta. Veamos, con unas cuantas observaciones, el camino que ha
seguido para ello:
A los
ocho meses y trece días, el bebé trata de imitar al adulto,
que saca la lengua, mordisqueando su propia lengua. Es la única
respuesta que es capaz de dar en ese momento. Unos días más
tarde, sin embargo, se mordisquea los labios como respuesta al mismo
gesto que le es presentado por el adulto. Al día siguiente,
mordisquea los labios y saca la lengua pero no aparece todavía la
imitación propiamente dicha, pues no la mantiene siguiendo el modelo
presentado. Más adelante, en uno de los intentos, el bebé emite
sonidos dentales tales como da....da...da... El adulto imita a su
vez estos sonidos del bebé y a partir de ese momento el niño es
capaz de sacar la lengua cada vez que lo hace el adulto delante de
él. Diez días más tarde se puede
observar ya un perfecto gesto de imitación
¿ Qué es lo que ha
pasado?
Simplemente
se ha establecido un puente entre
la posición de sacar la lengua para emitir el sonido ‘da’ que ya
poseía y el gesto de sacar la lengua que ahora quiere imitar. El
puente, en este caso, ha sido una asociación auditiva. Como la
imitación auditiva llevaba pareja una determinada posición de la
lengua , el bebé ha sido capaz de “abstraer”
el gesto de sacar la lengua . Claro está que para que se dé esta
“abstracción” es necesario que el bebé perciba varias veces de
forma regular el mismo estímulo y pueda perfeccionar su gesto
mediante el juego hasta que se acomoda totalmente al modelo.
Veamos
otro ejemplo de un bebé de ocho meses y
veintiocho días. Mira como el adulto
se chupa el dedo pulgar y luego el índice. No ha hecho nunca esta
imitación y se queda perplejo. A los pocos días cuando el adulto
está repitiendo el gesto, se apodera de la mano del adulto y la
chupa. Unos días más tarde se mordisquea los labios cuando se le
presenta este mismo modelo. Dos días después se aproxima ya el
pulgar a la boca, mirando atentamente al adulto, pero no lo chupa. A
los pocos días imita el gesto perfectamente. En este caso el bebé
se ha servido de la coordinación del
esquema visual y de succión que ya domina
para chupar en primera instancia la mano o el pulgar del adulto.
Esta coordinación se convierte en el puente que le llevara a meter
su propio pulgar en la boca.
Este
proceso es muy ilustrativo del nivel de desarrollo del bebé durante
el segundo semestre, puesto que aunque ya vimos que al final del
primero, en un intento de ampliar los mecanismos de adaptación,
empezó a realizar coordinaciones de tres esquemas en las que el
visual ocupaba un papel preponderante, ahora vemos que es capaz de
buscar ese tercer esquema aunque no
exista en su mente o no lo haya practicado nunca, y lo hace, de modo
correcto, por tanteo y aproximación
como acabamos de ver. Así
pues crea las coordinaciones a partir de la exigencias del momento y
estas coordinaciones son los puentes de los que hemos hablado para
llegar a imitaciones de gestos no visibles.
Precisamente porque es
capaz de buscar esquemas nuevos el adulto puede ayudarle y
potenciarle, como por ejemplo, a abrir y cerrar la boca u otros
gestos igualmente no visibles para él. El aprendizaje se acelera
pues se empieza realmente a aprender por imitación. Bastará recoger
alguno de los gestos que espontáneamente aparezcan cuando el bebé
intente imitar, por ejemplo, apretar las encías, para que se
produzca la asociación necesaria. La imitación de los gestos del
bebé por parte del adulto, siempre produce un efecto positivo en el
desarrollo de ciertas conductas incipientes. La rapidez en conseguir
una buena imitación depende de los gestos que el adulto elija
como los más convenientes para que se produzcan las asociaciones
puente.
Siguiendo este mismo
proceso , un poco más adelante, será capaz de imitar gestos y
sonidos nuevos que jamás ha ejercitado. Veamos unos ejemplos:
0,8(9)
El bebé responde al sonido
vu-vu-vu-vu ,que no ha oído nunca, con bu-bu-bu-bu
0,9(16)
Cuando se le presenta un modelo consistente en el sonido ga-ga ,
el bebé responde ma-ma, después ah-ah, luego ba-ba y finalmente
pa-pa.
Como vemos no siempre se consigue una aproximación demasiado
exacta al modelo presentado sino que se deriva hacia esquemas
conocidos.
0.9(26)
Cuando se le dice ti-ti responde i-i y luego te-te
Lo
importante es que el bebé realiza una
operación representativa, es decir,
una verdadera operación mental. Parte de una imagen sensorial y
va derivando,
poco a poco , tratando de acercarse al modelo. Podemos decir que se
ha dado ya un progreso significativo en la utilización de las
imágenes mentales, pues al desarrollar
mecanismos de derivación a partir de un esquema previo
, el niño crea un camino a través del que podrá acercarse con
éxito a modelos que nunca se le han presentado con anterioridad,
de una forma cada vez más rápida.
Para imitar,no será ya necesario tener la imagen mental previa,
sino que podrá construirla durante el mismo proceso de imitación.
Esta capacidad para derivar a partir de imágenes previas, es la
misma que subyace en operaciones mentales posteriores ya más
evolucionadas, como las que parten de conceptos previos o premisas y
por derivación se llega a conclusiones. La capacidad para las
matemáticas incluye este tipo de operaciones que parte de axiomas (
verdades evidentes o ya demostradas ) y se llega a través de la
derivación a conclusiones o a la demostración de su certeza. Con
otras palabras, estamos en el inicio de los procesos deductivos del
pensamiento.
Este proceso al principio
se manifiesta en una serie de tanteos de conducta , manifestación
externa que con el tiempo se interioriza.
En los siguientes
ejemplos vemos cómo al niño, al principio, le cuesta un tiempo
considerable llegar a conseguir una buena imitación. Esto es así
porque los primeros tanteos le sirven para desarrollar el proceso
mental del que , una vez bien establecido, se servirá para resolver
los retos adaptativos que se le presentan. Por el contrario,una vez
establecidas las conexiones neuronales correspondientes , la
velocidad de derivación y ejecución llegará a ser prácticamente
instantánea.
Un
bebé de diez meses
consigue imitar el gesto de los cinco
lobitos pasando
por las siguientes fases:
De
0;10(9) a 0;10(18) mira atenta y
alternativamente las dos manos.
De
0;10(18) a 0;11(16) responde con
el gesto de decir adiós.
De
0;11(16) a 0;11(19) levanta el brazo
con el puño cerrado y balancea su mano ligeramente sin mirarla (
sólo mira al modelo).
A
los 1;0(3) imita correctamente el
modelo.
CAPÍTULO
OCTAVO
¡QUE EXTRAÑO ME RESULTA ESE SEÑOR!
Durante el segundo
semestre, el bebé consigue tener una percepción diferenciada y
unitaria de la madre, padre o personas relativamente familiares. Su
capacidad de percibir e imitar rasgos de conducta y gestos de los
adultos le lleva a establecer una comparación que no había tenido
lugar hasta este momento. Como consecuencia de ellos se le produce
una sensación de extrañeza ante gestos, voces, tonos y
rostros de personas desconocidas , que exterioriza como una
reacción de timidez , que algunas ocasiones acaba en lloro.
Esta
diferenciación de las personas más cercanas va acompañada de un
fortalecimiento del vínculo afectivo.
A partir de este momento las separaciones de las personas más
próximas, que le dan sensación de seguridad, van a resultar más
problemáticas y el bebé recurrirá en muchas ocasiones al enfado y
al lloro para hacer volver a dichas personas.
Se observa también que
el niño pide con más insistencia estar en brazos y esto ocurre por
varios motivos. Por un lado , como acabamos de decir, porque el bebé
siente necesidad de afecto y contacto personal, por otro, porque se
siente más seguro unido a un adulto y por último porque ha
descubierto que la persona mayor es una fuente de estimulación
continua. Es pues importante saber diferenciar estas y otras
necesidades de los niños cuando piden ser cogidos en brazos para
conseguir un buen equilibrio entre el afecto que necesita , y el
juego individual que desarrollará la capacidad de estimularse a sí
mismos además de permitirles adquirir una cierta seguridad en la
distancia.
Hacia
los nueve meses de edad el
bebé empieza a dar de nuevo muestras de confianza y, aunque
conserve para siempre esta reacción de extrañeza ante las personas
desconocidas, su propio desarrollo y la capacidad de establecer
analogías hace que pueda generalizar y ampliar el campo de sus
relaciones afectivas.
AFECTIVIDAD DEL NIÑO DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA
ESCALA DE DESARROLLO
Sonríe ante voces conocidas 1 mes de vida
Se tranquiliza cuando se le habla calmosamente 1 mes de vida
Sonríe ante objetos conocidos 2 mes de vida
Hace gorgoritos cuando se le habla 2 mes de vida
Deja de llorar cuando alguien se le acerca 3 mes de vida
Desaparece el reflejo de Moro ante ruidos desconocidos 3 mes de
vida
Ríe a carcajadas y da gritos de alegría 4 mes de vida
Al moverlo vocaliza y sonríe 4 mes de vida
Distingue cuando los que le rodean están contentos o no 5 mes
de vida
Responde con risas a la estimulación táctil 5 mes de vida
Emite sonidos característicos de placer 6 mes de vida
Ríe y chilla cuando se juega con él 6 mes de vida
Sonríe a una imagen o fotografía 7 mes de vida
Le gusta que lo zarandeen 7 mes de vida
Aprende a hacer caricias 8 mes de vida
Abraza a los peluches y muñecos imitando a los adultos 8 mes de
vida
Se enfada si se presta atención a otro niño 9 mes de vida
Empieza a no tener miedo ante personas extrañas 9 mes de vida
Repite los actos que han hecho reír 10 mes de vida
Diferencia la sonrisa y no sonríe ante un extraño 10 mes de
vida
Cuando el padre y la madre se acarician se interpone 11 mes de
vida
Si se le riñe, llora con rabia 11 mes de vida
Sonríe a las personas mientras realiza algunas acciones 12 mes
de vida
Llora cuando se riñe a otra persona 12 mes de vida
CAPITULO
NOVENO
¡YA
PUEDO DISTANCIARME !
El
origen de las conductas de gateo pueden rastrearse desde los
primeros meses de vida a través de manifestaciones tales como los
movimientos natatorios que se
observan ya al cuarto mes si se coloca al bebé boca abajo, o
las vueltas de prono a supino ( de boca
abajo a boca arriba) del quinto mes de
vida, o las de supino a prono
(de boca arriba a boca abajo) que son propias del séptimo mes, o
incluso la reptación del noveno.
Pero
es alrededor del décimo mes de vida
cuando el bebé consigue ponerse a
cuatro patas ( manos y rodillas),
ensayando movimientos de balanceo hacia adelante y hacia atrás y
ejercitando cambios para mantener el equilibrio en esta postura.
Alrededor del undécimo
mes se desplaza apoyándose en manos y
rodillas y coordinando, con cierto ritmo, el brazo derecho y la
pierna izquierda que lanza hacia delante, cambiando luego el brazo
izquierdo y la pierna derecha.
Será
cumplido el año
cuando el niño tendrá perfectamente adquirido el gateo que ha
aumentado también en velocidad. Es también a esta edad cuando el
niño aprende a andar, produciéndose un descenso progresivo en la
utilización del gateo como forma de desplazamiento, para dejarla
reducida a un juego.
Con
el gateo el bebé tiene la posibilidad de desplazarse por la casa,
lo que hace a menudo, perdiendo de vista a la madre o padre. Para
suplir ésta pérdida de visión de la madre o padre que son su
punto de referencia, el bebé ensaya
un nuevo sistema de comunicación consistente en emitir sonidos
mientras gatea y lo hace de forma intermitente.
La persona adulta a su vez contesta a los pequeños gritos que emite
el bebé si no se ha alejado demasiado y en cualquier caso cuando
tiene que ir a por él conoce más o menos la distancia y el
emplazamiento. A su vez el bebé empieza a distinguir diferentes
llamadas de la madre o padre y aprende a orientarse, de modo que
suele recorrer el camino inverso de forma correcta , hasta
encontrarse de nuevo con el adulto cuando le pide que vuelva.
Durante
el segundo semestre el bebé ensaya
ponerse de pie , primero, claro está, cogiéndose de los muebles
hasta que lo consigue y ejercitando el agacharse y el levantarse; a
continuación, cuando ha adquirido cierta seguridad, ensaya hacerlo
desde la posición de gateo hasta que consigue levantarse por sí
mismo sin ayuda. Para ello debe, sin dejar de apoyar las palmas de
las manos, extender las piernas desde la posición de rodillas y
estirar al mismo tiempo los brazos, para finalizar con un impulso a
nivel de pelvis que le permitirá obtener la posición erecta.
Al
final del año se atreve ya a levantar
uno de los pies sin apoyo y al cabo de aproximadamente un mes más
puede ya moverse sólo.
1;0(20)
Está en una habitación y oye voces y ve luces en otra estancia,
entonces se aventura a ir hasta allí, pero por el camino va
emitiendo sonidos. Se para varias veces para emitir el sonido y
esperar la respuesta. Cuando llega a la sala todo le mundo le dice
cosas y el muestra satisfacción.
Estas manifestaciones suponen un cambio de conducta del niño
puesto que antes lloraba para hacer venir al adulto, y ahora es él
quien lo busca a través del desplazamiento
En realidad el niño no se pone en movimiento sino recibe algún
tipo de respuesta, lo que nos indica que la relación social es
fundamental para desarrollo de muchas conductas.
RECOMENDACIONES PEDAGÓGICAS
Según J. Bruner, el habla y otras muchas destrezas importantes
para la condición humana se aprenden a partir de la relación entre
niños y padres. Son estos los que pueden darles pautas (
demostraciones) y respuestas adecuadas en los momentos adecuados
debido a la relación afectiva existente. Esto ocurre de forma
natural y sin aprendizaje formal ; pero una condición es necesaria
para que el niño crezca sano e inteligente: que esta presencia sea
relajada y activa respecto del niño. Atención pues a la privación
prolongada de la presencia de ambos padres.
CAPITULO DECIMO
DE
PROFESIÓN INVESTIGADOR
Hemos
visto cómo a partir de los seis meses,
y durante todo el tercer trimestre,
el bebé ha ido adquiriendo destrezas para explorar los objetos de
modo que ha aprendido a darles la vuelta , a lanzarlos , a
arrastrarlos por el suelo , a dejarlos caer para observar el
movimiento de caída, etc. Pero es a partir de
los diez meses de vida cuando empieza
a investigar de modo sistemático
cualquier novedad que descubra.
Con
anterioridad aplicaba todo lo que sabía hacer a cada objeto. El
proceso era largo y costoso pero era el único camino posible que le
permitía llegar a saber qué gestos eran apropiados a determinados
objetos y no a otros. A los diez meses,
cuando descubre que un determinado
gesto o movimiento va bien al fin propuesto , por ejemplo al
lanzamiento de un determinado objeto, ensaya dicho gesto de forma
sistemática antes de pasar a otro de tal modo que lo perfecciona en
gran medida. Veamos:
0;10(10) Juega a
tirar objetos al suelo. Los tira variando claramente las posiciones
de la caída. Varía la posición del brazo y trata de que caigan en
un lugar determinado.
0;10(29)
Coge una cadenita y la hace resbalar lentamente por los dedos de su
mano izquierda. Repite este tipo de caídas unas doce veces. Luego
pasa a sacudirla, a deslizarla por una superficie y por último
juega a soltarla desde diferentes alturas.
0;11(9)
Empuja suavemente los objetos hasta que llegan al borde la mesa y
luego sigue con los ojos su caída.
Cumplido
el año el bebé sigue experimentando
con los objetos en situaciones cada vez más complicadas: 1:1(24)
Golpea diferentes objetos con la finalidad de comparar los sonidos
que producen.
Y
unos descubrimientos llevan a otros: 1:3(27)
Levanta el brazo y deja caer los
objetos por detrás de la espalda. De este modo descubre que puede
poner los objetos sobre su cabeza y lo intenta de forma sistemática
hasta que adquiere cierta destreza.
Estas experiencias se
producen desde la posición de gateo, la bipedestación, agachándose
a coger los objetos, etc.. Se trata de una edad en la que aparece el
gusto por gatear detrás de las pelotas, observando atentamente
todos sus movimientos, y experimentando con los impulsos de
lanzarlas por la habitación.
Cambia
los objetos continuamente de lugar y estudia sus posiciones y
movimientos según sea la superficie. 1;
1(20) En el baño hunde los juguetes
para verlos flotar y los deja caer desde diferentes posiciones para
ver el efecto del salpicado.
Estas experimentaciones
se extienden a los recipientes, de modo que les encanta pasar
líquidos y sólidos de unos a otros.
Se
observa un tanteo progresivo,
por ejemplo, cuando un niño de 1;3 (
28) consigue meter todos los cubos de
un juego en recipientes de tamaños progresivos.
1:
1(3) Introduce en una caja una cadena
por un extremo y luego el otro, sin sacar el extremo ya introducido
1;1(2)
Consigue introducir un anillo en una varilla después de aplicarlo
varias veces sobre la varilla.
CAPITULO
UNDÉCIMO
JUGANDO
A ESCONDER OBJETOS
La
imagen representativa de los objetos está suficientemente adquirida
cuando el bebé cumple su primer año de
edad y su memoria visual progresa
continuamente dando lugar a un sin fin de juegos:
1;
4 (27) Sube a un sillón , tira un
lápiz por detrás perdiéndolo así de vista, baja dificultosamente
del sillón, le da la vuelta y encuentra el lápiz. Sube de nuevo
y vuelve a repetir la experiencia unas cinco veces.
1:4
(1) Esconde objetos debajo de los
cojines y de los manteles y los vuelve a coger.
1;
2(15) Mira atentamente el lugar por
donde va a salir un objeto oculto cuando se tira del mismo con una
cuerda.
J. Piaget dice que a esta edad al niño le interesa todas las
experiencias posibles sobre el espacio tanto lejano como próximo
CAPITULO
DUODECIMO
NUEVAS
FORMAS DE HACER LAS COSAS
Ya vimos cómo
las imágenes mentales, construidas dificultosamente, proporcionaban
a bebé suficiente flexibilidad como para buscar y encontrar, en su
repertorio, aquellos gestos que le posibilitarían llegar a un fin
propuesto, y cómo a su vez daban pie a un sin fin de conductas
exploratorias.
Cumplido
ya el primer año de vida y aunque
se produzca dentro del tanteo, el niño aumenta el número y serie
de correcciones progresivas de los gestos con los que está
manipulando los objetos, hasta que consigue su objetivo más
rápidamente y de forma más eficaz. En este proceso aprende a
evitar gestos inútiles.
1; 1 (24) Tarda
aproximadamente veinte días en darse cuenta que el mejor modo
de conseguir un objeto, que está depositado en una bandeja que gira
sobre su eje, es aprovechar el movimiento giratorio de la misma y
no intentar cogerlo con un movimiento rectilíneo.
1; 3
(12) En un mismo día y a través de
veinte ensayos, aprende a dar la vuelta sistemáticamente a un palo
que se le presenta horizontalmente al otro lado de unos barrotes
verticales.
Pero en cuanto se
interrumpe la experimentación durante unos quince días, el niño
vuelve a caer en los mismos errores; lo que indica que su memoria no
abarca todavía procesos tan amplios. No obstante, la recuperación
se produce de forma rápida y eficaz.
1:4
(0) En un solo día y tras cuarenta
ensayos, llega a introducir entre barrotes un objeto que le ha sido
presentado de tal forma que un barrote quedaba en medio, de modo que
era necesario hacerlo retroceder para colocarlo en la posición
adecuada y para que pudiera entrar por cualquiera de los dos huecos
que quedaban al lado del barrote.
ESTRUCTURA DEL PROCESO DE TANTEO EXPERIMENTAL AL FINALIZAR EL
PRIMER AÑO DE VIDA
Esquema :
En primer lugar
se produce un esbozo de solución recurriendo a esquemas conocidos
, de modo que el tanteo se orienta. Por ejemplo mueve de diferentes
maneras el objeto.
En segundo lugar
se produce, a través de la actividad del bebé, una diferenciación
del esquema o los esquemas elegidos. Por ejemplo, selecciona el
movimiento de girar la muñeca y lo perfecciona.
En tercer lugar
se producen una serie de pruebas hasta que se da con la solución.
Ejemplo: aplica el gesto seleccionado de girar la muñeca hasta que
consigue la posición correcta
Por último
se repite la experiencia varias veces con la finalidad de dejar
bien establecido el procedimiento del que se partirá en futuras
ocasiones para solucionar problemas semejantes o diferentes
El juego del niño
durante el primer año de vida es básicamente sensorial , como hemos
podido ver. Los juguetes que encontramos en el mercado para esta edad
están orientados a perfeccionar los sentidos y ayudar al niño a
construir sus imágenes mentales. Es decir las dos actividades que
hemos visto desarrollarse y perfeccionarse a lo largo del año. Un
tercer grupo de juguetes están diseñados con el objetivo de
perfeccionar el desarrollo motor del niño.
JUGUETES PARA EL PRIMER AÑO DE VIDA
(Algunas sugerencias)
Primer mes : Objetos
que cuelguen de la cuna y produzcan sonidos al moverse el bebé.
Segundo mes: Proyectores
de luces y sombras que se muevan por el techo.
Tercer mes: Móviles
de música y movimiento que se cuelgan del techo o de la cuna.
Cuarto mes : Alfombra
o tapiz de actividades diversas.
Quinto mes : Tente
tieso musical.
Sexto mes :
Muñecos de tela.
Séptimo mes: Bola
con artilugios para el ejercicio de los dedos.
Octavo mes: Cubos
con asas y aristas ser cogidos y volteados de diferentes formas.
Décimo mes:
Pequeño piano musical de tres o cuatro teclas.
Undécimo mes :
Correpasillos.
Duodécimo mes:
Caballo balancín.
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