La truculenta historia en torno a la detención
de Julian Assange me sugiere la siguiente y breve reflexión.
En primer lugar, la transparencia informativa
es totalmente incompatible con la existencia del llamado “estado moderno” que evidentemente no
es un estado de derecho, por mucho que EEUU alardee de ser uno de sus
representantes.
En segundo lugar, lo que todos sabemos, que el
propio EEUU, Inglaterra, Suecia, Australia, etc. no son sino adláteres de un
capitalismo imperialista que necesita de estados sin dignidad para llevar
adelante sus políticas de desigualdad en el mundo.
En tercer lugar que los países en los que las
ideologías de género han dado lugar a una legislación discriminatoria contra el
varón, son un instrumento fácil de persecución política de cualquier persona
contraria al “statu quo”. Una vez más
lamentamos la instrumentalización política de la mujer en aquellos
países donde las acusaciones falsas contra
delitos de carácter heterosexual tienen visos de prosperar con
facilidad sin unas mínimas garantías
jurídicas y procesales.
Por último que hoy día las guerras se hacen en
múltiples campos y especialmente en el económico con lo que presumiblemente
Ecuador será “atacado” en un futuro inmediato.
Por todo ello, como ciudadano de a pie,
espectador de lo ocurre cada día en el mundo, llego a la conclusión de que la
hipocresía, falta de dignidad, aplicación de la “ley del embudo” y prepotencia de los representantes políticos
de los estados llamados modernos que alardean de defensores de la democracia
pero manipulan la opinión pública y la justicia, son el claro indicio del
desmoronamiento de un imperio.
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