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TAMBORES DE GUERRA


El pasado mes de junio saltó a los medios de comunicación la noticia, inquietante, de que Noruega extendía el servicio militar obligatorio también a las mujeres. Me pregunto qué sentido tiene , a estas alturas, extender el servicio militar obligatorio a las mujeres en un país como Noruega, al que muchos europeos teníamos como un ejemplo de organización social, saber hacer y civismo.

Nada ocurre por casualidad.. Cuando se “ensaya” una medida de este tipo en un Estado es con la finalidad de extenderla, si consigue ser exitosa, al resto de Estados que conforman la modernidad. Bastará argumentar que los otros lo tienen, que pasamos a estar en inferioridad de condiciones, o que se trata ,como en este caso, de una medida igualitaria entre hombres y mujeres.

El intento de participación de la mujer en el servicio militar es pues una muestra más del tipo de “ igualdad para la mujer “ que realmente se está buscando, una igualdad a la baja, sobre la falta o la pérdida de un derecho. Basta tener en cuenta algunas de las medidas y leyes que bajo el paraguas del concepto de “género”, han trastocado el sistema jurídico español, introduciendo el delito de autor y los tribunales especiales, eliminando, para una parte de la población, el derecho a la presunción de inocencia y haciendo desparecer el trato igualitario ante la ley penal que se supone fundamenta el Estado de Derecho.

En el caso del servicio militar es obvio que el derecho conseguido es precisamente a no ser obligado u obligada a participar en el mismo. La lucha por la no obligatoriedad del servicio militar duró en España más de treinta años y supuso la prisión durante este periodo para más de dieciocho mil jóvenes , hasta su abolición el 9 de marzo del 2001. La obligación del servicio militar para la población masculina se inició 1770, con miras a la expansión colonial propiciada a su vez por el recién estrenado liberalismo económico y se consolidó a lo largo del siglo XIX con los códigos civiles inspirados en el código napoleónico.

El código civil español de 1889 sanciona “la obligatoriedad del servicio militar” para el varón, al tiempo que lo instituye como “ cabeza de familia” y afirma expresamente que la mujer “ estará sometida al varón”. Evidentemente se trata de una medida, de militarización de la sociedad civil, en la que el origen del “sometimiento legal” de la mujer al varón se da en un marco global de pérdidas de libertades y derechos de toda la sociedad civil. Así pues, la lucha contra la obligatoriedad del servicio militar y la lucha por la igualdad legal de la mujer es una misma lucha que ha tenido lugar a lo largo del siglo XX y llega hasta nuestros días. Y lo que dejó en evidencia es que no existía ni existe fundamento jurídico ni moral alguno, a pesar de haber permanecido casi dos siglos en el ordenamiento jurídico español, para el sometimiento legal de la mujer ni para el sometimiento legal del hombre a la obligatoriedad de un servicio militar. Por ello los jueces dejaron de condenar en este sentido y hubo que cambiar la ley. Sin embargo, este esquema de lucha conjunta por la liberación tanto de hombres como de mujeres está siendo manipulada con el objetivo de dar una vuelta de tuerca en la militarización de la sociedad, se supone en previsión de futuros acontecimientos.

¿Cómo es pues posible que se tome la medida de extender la obligatoriedad del servicio militar a las mujeres al amparo de las llamadas “políticas de género ”?

Noruega, se nos dice, tendrá, con la obligación de la mujer a incorporarse a servicio militar, un ejército neutral en materia de género. Extraña declaración. Es evidente que el verdadero objetivo es otro, a no ser que políticas de género y militarización de la sociedad vayan de la mano. Tildar estas medidas de medidas de “género” no hacen sino confirmar el contradictorio, tortuoso y errante camino emprendido con el trato a la mujer desde la “perspectiva de género”.

Pero si el caso de Noruega llama la atención por lo insólito de ser un país europeo, el caso no es único en el mundo. En diferentes países de América Latina y Asía se está siguiendo la misma política. En Perú este mismo año se ha aprobado un decreto, el nº 29248, que vuelve a la obligatoriedad del servicio militar, abolida en 1998 , en este caso para hombres y mujeres. Y sabemos que varios países de América, África y Asía que mantienen el servicio militar obligatorio están incorporando o han incorporado la medida.

¿ Y España? En España, el último gobierno socialista de Jose Luís Rodriguez Zapatero, impulsor de todo tipo de radicales políticas de género, siendo ministra del ejército Carme Chacón, elaboró, con fecha de 3 de mayo de 2010 para la Subsecretaría de Defensa y la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza militar, un borrador (1) de decreto titulado Reglamento de Reservistas para la Fuerzas Armadas que prevé, en su artículo 2º, la creación de “ una reserva obligatoria” y que en su artículo 50ª dice que afectará a los españoles, hombres y mujeres, que en el año cumplan una edad comprendida entre diecinueve y veinticinco años “. Es decir, el retorno por la puerta de atrás del servicio militar obligatorio. Eso sí ,esta vez justificado en la necesidad de una igualdad entre hombres y mujeres. Aunque los acontecimientos políticos impidieron su desarrollo, se supone que el borrador reposa en algunos de los muchos cajones del Ministerio del Ejército en espera de una oportunidad política para su promulgación.

Pero en éste último caso, puesto que en los años setenta y ochenta la presencia de la mujeres en la resistencia al servicio militar obligatorio fue inmensa, no me cabe duda que hombres y mujeres, sin necesidad de “ ninguna medida tutelada por el Estado” lucharemos de nuevo juntos por la libertad de conciencia y la resistencia al servicio militar obligatorio.

Rafael Rodrigo Navarro.


Publicado en Estrella digital   12.08.2013

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(1)Publicado en  https://docs.google.com/file/d0B2vnHoQFCmzsYjcwNDAxMTgtODc5Mi00O DA3LTg0YjctMWNlY2U3ZjZlMDll/edit?hl=es
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MEJOR NO VOTAMOS

Ha habido un golpe militar en Egipto. Una vez más constatamos que hay golpes militares de primera y golpes militares de segunda, según sirvan a unos u otros intereses. En este caso las cancillerías occidentales, empezando por EEUU e Israel y acabando por la UE, han respondido con evasivas a las preguntas directas de algunos periodistas independientes sobre la legitimidad de tal golpe militar. "Qui tacet consentire videtur “.Quien calla otorga. Hay más. Es evidente la contrariedad para ciertas oligarquías y gobiernos de estados capitalistas de que, fruto de la “ primavera árabe”, surgiera en Egipto un gobierno islamista contra el que se intrigado desde su nombramiento. Los periódicos oficialistas no independientes, por desgracia los más influyentes en la opinión pública, han hecho el resto: no dar cabida a las opiniones en contra, dar a entender que el golpe militar era conveniente y mostrarnos cómo el capitalismo mundial ha bendecido el golpe militar haciendo subir las bolsas de dinero especulativo.

Al margen de ideologías, propongo la siguiente reflexión. Si no condenamos los golpes militares, sean del signo que sean, la democracia se convierte en una trampa. Así de sencillo.

Veamos el proceso, en este caso en relación con “la primavera árabe”. Aunque no se necesita ser muy perspicaz para darse cuenta que eso mismo ocurrió con motivo del golpe militar contra la segunda República española, de cuyo rédito a favor o en contra todavía viven algunos políticos, o más recientemente en el año 1973 con el caso Allende en Chile,etc,etc. Se nos invita a la participación ciudadana en unas elecciones y se nos llama “ amigos de la democracia”.

Pero acaso, ¿No tiene la democracia sus propias leyes?

El pueblo Egipcio votó mayoritariamente a los Hermanos Musulmanes, como los españoles votaron la República o los chilenos a las izquierdas de Salvador Allende. ¿Razones? Muchas y complejas . En general en los momentos de transición votamos a quienes nos parecen más justos. Es decir la gente vota contra el exceso de poder, la corrupción , el sometimiento de la justicia y las lacerantes desigualdades sociales del régimen anterior. Luego vienen los 23-F , más o menos exitosos, como que el se acaba de producir en Egipto, que llevan las aguas al molino.

Sin embargo para los que han salido elegidos, la cosa es mucho más trágica. Del día a la mañana se convierten de “elegidos democráticamente” en “ enemigos del pueblo” por obra y gracia del golpe militar. La sentencia inapelable: persecución, en cualquier caso prisión, quizás la muerte.

¡Ah! Y no se me argumente que Hitler subió al poder como consecuencia de una votación democrática porque entonces mejor no votamos.

© Rafael Rodrigo Navarro Publicado en Estrella digital  05.07.2013

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El martillo de las brujas, de Rafael Rodrigo Navarro en El Mundo


el 22 febrero, 2010  en Derechos, Igualdad, LibertadesPrintFriendly and PDFImprimir
IGUALDAD

El autor denuncia la Ley de Violencia de Género por ser una norma enunciada «para conseguir el voto femenino»

El problema que está creando la Ley Integral contra la Violencia de Género en España es difícil de entender pues ha sido presentada como una ley para ayudar y proteger a la mujer, cuando en realidad se trata de una ley que manipula los sentimientos de indefensión de algunas mujeres para conseguir el voto femenino, que según creen los políticos contemporáneos, es decisivo a la hora de hacerse con el poder.

Es evidente que cualquier persona que lea el articulado de dicha ley quedará sorprendida pensando que tal norma jurídica haya sido promulgada por un Parlamento que dice llamarse democrático y corroborada por un tribunal que dice igualmente proteger la Constitución española. A todas luces se observa una quiebra del principio «todos los españoles somos iguales ante la Ley».

Si justificamos contradecir la norma ética que nos avisa de que no se puede alcanzar un fin bueno mediante un medio moralmente malo, no hacemos sino justificar la violencia. ¿Con qué fuerza moral se persigue a los grupos terroristas? ¿Dónde queda la legitimidad del Estado, pues ya sabemos que su legalidad depende de sí mismo?

Pero si al ciudadano de a pie le resulta difícil entender que su Parlamento, Gobierno y Poder Judicial estén cometiendo tal tropelía, mucho más difícil le resulta entender por qué no se rectifica, se echa marcha atrás, y se modifica o corrige una ley que produce tanto daño social. El alcalde de la ciudad palestina de Belén dijo en una entrevista que cuando una guerra deviene rentable ya no puede pararse. Evidentemente hacía referencia a la guerra entre israelíes y palestinos. Pero no siempre el negocio aparece a primera vista. El hecho de que no alcance notoriedad permite que sea ocultado por quienes se benefician.

El siguiente comentario corresponde a Carl Sagan, divulgador científico, hablando de la persecución de las brujas en el siglo XVI: «Rápidamente se convirtió en un provechoso fraude. Todos los costes de la investigación, juicio y ejecución recaían sobre los acusados o sus familias; hasta las dietas de los detectives privados contratados para espiar a la bruja potencial, el vino para los centinelas, los banquetes para los jueces, los gastos de viaje de un mensajero enviado a buscar a un torturador más experimentando a otra ciudad, y los haces de leña, el alquitrán y la cuerda del verdugo. Además, cada miembro del tribunal tenía una gratificación por bruja quemada. El resto de las propiedades de la bruja condenada, si las había, se dividían entre la Iglesia y el Estado. A medida que se institucionalizaban estos asesinatos masivos iba surgiendo una inmensa burocracia para servirla y la atención se fue ampliando desde las brujas pobres hasta la clase media y acaudalada de ambos sexos».

Cuantas más confesiones de brujería se conseguían bajo tortura, más difícil era sostener que todo el asunto era pura fantasía. Como a cada bruja se le obligaba a implicar a algunas más, los números crecían exponencialmente.

Esta combinación de acusación, persecución y beneficio económico es una de las más inhumanas de las espirales de violencia en la que puede caer una sociedad. Recientemente hemos asistido a procesos semejantes de consecuencias nefastas para toda la humanidad y con la rúbrica de los estados modernos. Basta citar la locura nazi. Cuando el proceso está en su inicio pasa inadvertido.

La pregunta es la siguiente: ¿A quién beneficia económicamente la Ley Integral sobre la Violencia de Género? Se trata del cui prodest de los juristas, que en este caso no es políticamente correcto formularla. Pero los resultados de la aplicación de dicha ley indican con claridad que no beneficia precisamente a la mujer.

Rafael Rodrigo Navarro es licenciado en Filosofía y Letras y doctor en Psicología.
© Mundinteractivos, S.A.



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