jueves, 23 de mayo de 2013

COMENTARIOS AL LIBRO : FEMINICIDIO Y AUTOCONSTRUCCIÓN DE LA MUJER

ENFERMOS DE INDIVUDUALISMO
por Rafael Rodrigo Navarro

Lo mío no ha sido un “ caer del caballo” como le ocurrió a Pablo de Tarso que según las crónicas de la antigüedad supuso su conversión al cristianismo, lo mio ha sido simplemente un “ caer del burro” ( o de la burra ). Porque ambas versiones del dicho popular son correctas en castellano. Precisamente de eso vamos a hablar.

El leve pero definitivo empujón que hizo que perdiera el equilibrio, se debe a Prado Esteban y Felix Rodrigo autores de un libro preclaro y excelente titulado : Feminicidio o autoconstrucción de la mujer.

Carmen Rigal a raiz de la anulación por parte de la Corte Constitucional de Guatemala de la sentencia contra el general Efrain Rios en un artículo publicado en el diario Mundo (22/05/2013) comenta: la etnia ixil es un grupo maya cuyas referencias se remontan al año 200. Establecida en el norte de Guatemala, fueron las tropas españolas las primeras en imponer su dominio con embates ofensivos que diezmaron la población. Los ixiles llegaron al siglo XIX barridos y esclavizados. Una revolución liberal acabó con sus tierras comunales y los indígenas fueron transportados, como reses, a los grandes cafetales, donde trabajaron en régimen de semiesclavitud (!) a cambio de un plato de rancho. A continuación narra las desgracias de este pueblo a manos del citado general que llegó a ser jefe del estado guatemalteco y posteriormente procesado por sus crímenes contra la etnia.

No hace mucho visité el pueblo de Marinaleda con varios amigas y amigos del municipio donde vivo, pues existía la curiosidad común de conocer qué había ocurrido realmente y saber a donde había llegado aquella larga experiencia de luchas jornaleras que dieron fama al Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía en los años ochenta.

Podríamos resumir diciendo que la necesidad de supervivencia y la dignidad habían hecho alzarse a aquellos jornaleros en un intento pacífico por “ poseer la tierra”. Yo diría: volver a poseer la tierra.

En un artículo de Nxu Zäna titulado “ Reflexiones contra la teoría Queer desde una perspectiva indígena” publicado en los blogues “ Verdad, mujer y sociedad” y “ Artículos en la ciudad de las mujeres” la autora dice: “Si la teoría queer y sus seguidores pretenden que me deshaga de mi identidad como indígena y como mujer puedo con toda razón decirles: ustedes son un arma del sistema, una corriente ideológica que promueve la globalización, la herramienta de la homogenización” y añade: “ Consideran que la organización colectiva es imposible y sin sentido, sólo se pretende reivindicar derechos individuales no colectivos y es aquí donde nuevamente afirmo que esta postura es un fiel reflejo del neoliberalismo”

Las tierras comunales fueron desapareciendo a lo largo de la historia en la medida en que los Imperios desarrollaron códigos civiles que las abolieron y ejércitos que las ocuparon. En unas civilizaciones antes y en otras después, se impuso la propiedad privada sobre las tierras comunales por la fuerza, como derecho de conquista. La resistencia de los pueblos por la defensa de lo comunal fue casi siempre heroica, pero eso no cuenta para una historia escrita por quienes se repartieron la tierra comunal: aristocracia y milicia, es decir el Estado. Los jueces pertenecían a la aristocracia, hoy al funcionariado estatal.

Los jornaleros de Marinaleda se encuentran con la siguiente paradoja: quieren que las tierras sean comunales, pero no encuentran la forma jurídica que lo haga posible. Los gobiernos autónomos y los ayuntamientos hace siglos que no representan al pueblo sino al Estado. Además se trata de Andalucía, una tierra que no ha tenido respiro. Tras el Imperio romano ocupó y gestionó sus tierras el Imperio islámico y a continuación el Estado cristiano, sin paréntesis en el tiempo.

Se nos presenta el liberalismo como arquetipo del progreso ciudadano y de las libertades, pero no olvidemos que la primera constitución liberal surgió en Cádiz de manos de militares y terratenientes. Se inició así el siglo de la liquidación definitiva de lo comunal en España con las continuas desamortizaciones que llenaron de desheredados toda la península ibérica, obligándolos como en el caso de las “reses ixiles ” en los cafetales de la revolución industrial.

Pero hay un hecho evidente en la organización social humana : Si se quita la tierra a aquellas gentes que han vivido en la extensión de sus tierras comunales, a partir de ese momento se divide al pueblo en “ poseedores” de esa tierra antaño comunal y en “ desposeídos” jornaleros, luego emigrantes trabajadores industriales sin identidad étnica. A partir de entonces necesariamente se instala un conflicto en la convivencia que no puede sino derivar en guerra civil.

Nxu Zäna : Un sistema que nos discrimina, violenta, extermina porque no coincidimos con su forma de concebir el “desarrollo”, el “progreso”, el “trabajo”, el “éxito”, la “explotación de recursos”, así pues nos despojan de nuestras tierras, nuestra voz, nuestras lenguas, nuestras costumbres, nuestras culturas, nuestros entornos ecológicos, nuestros conocimientos para que aprendamos “su” forma de vivir, una forma de vivir que consideran “mejor” a la nuestra. Y acaba : la generación de la teoría queer contribuye a la generación de un saber que forma parte de los juegos de poder del sistema en el rompimiento de las comunidades e identidades.

El gran pecado de los indígenas actuales es que todavía defienden sus tierras comunales. ¿Qué los hace tan diferentes e inasimilables al sistema? Las relaciones convivenciales propias de la comunalidad. Es decir, una escala de valores radicalmente distinta y un lenguaje conceptualmente diferente que llama madre a la Tierra y Hermanos a sus semejantes con quienes conviven.

La opresión que observamos hoy día sobre las comunidades indígenas y su queja, es la misma opresión y la misma queja que han sufrido los pueblos de Europa y de otros continentes desde hace siglos. Cuando se pierden las tierras comunales, se pierden valores, sociabilidad e identidad. Todo resulta más difícil, desde las relaciones personales y familiares , pasando por las relaciones económicas, hasta la gobernabilidad y las relaciones cívicas.

Pero decía al inicio de este artículo que el texto de Prado Esteban y Felix Rodrigo me habían hecho reflexionar y caer en algo evidente aunque por lo visto nada fácil de aceptar a juzgar por las reacciones emocionalmente subidas de tono de quienes se ven en contradicción con los puntos de vista “ políticamente correctos” que nos venden los medios de comunicación.

¿ Por qué hablamos de revolución liberal o neoliberal si en realidad no ha cambiado nada desde que la oligarquía financiera y la junta militar gobiernan los estados a través del parlamentarismo?

El cambio cultural correspondiente al liberalismo no fue sino una manera nueva de entender el dinero, ampliar la propiedad privada y reestructurar el estado según modelos de organización militar.

Para ello en primer lugar se perfeccionó el ejército y la policía y a continuación se modificó el derecho siguiendo el código civil napoleónico que entre otras cosas consideró a la familia una organización jerárquica representada por el varón ( cabeza de familia/cap/cabo). La semilla del conflicto fue así sembrada en una institución milenaria que aspiraba a basarse en la igualdad y el amor, aunque en la práctica  mediatizada por la propiedad privada, el individualismo y la desigualdad económica. Desde entonces la degradación de la familia parece seguir un curso imparable como consecuencia de una lucha inducida y antinatural entre sexos. De hecho parece observarse un cambio de paradigma para que todo siga igual, pues en la actualidad se pretende que sea la mujer quien ocupe cargos directivos en la milicia y represente a la familia frente al Estado.

Evidentemente que el Estado en forma de poder absoluto existía con anterioridad al liberalismo, pero sólo la propaganda más insidiosa trata de convencernos de que ya no es así.

¿ Por qué hablamos entoncesde Estado del bienestar si en realidad el mayor bienestar es el que deriva de la autogestión de la propia vida y de la vida de la comunidad ?

El bienestar que nos ofrece el Estado es un bienestar basado en las migajas de la depredación. Con ello se trata de borrar el rastro y hacer creer al jornalero que nunca tuvo una propiedad compartida y al obrero que ya no es tan esclavo porque posee un salario industrial de unas ciertas características con el que puede aspirar a imitar a los poderosos de este mundo.

Pero cl verdadero problema es que el Estado actual no ceja en su estrategia por combatir el sentimiento comunal que todavía permanece en nuestro inconsciente y nos habla de fraternidad, autogestión de conocimientos, economía de recursos y respeto por el planeta. Y en este intento echa mano de ideologías como la de género, entre otras, para incidir en el enfrentamiento entre personas, porque en último término al estado le interesan los individuos, para quienes se ha inventado la propiedad privada a cambio de una obediencia ciega y una permanente disposición para la guerra. Desconfía y trata de destruir las colectividades organizadas que son difíciles de manipular y como tales siempre se oponen al robo de lo colectivo o a participar en conflictos absurdos. Las comunidades tienden de manera espontánea y natural a proveerse de instituciones como el comunal en un intento de hacer la vida más saludable.

Hace tiempo que los humanos estamos instalados en una especie de caos conceptual porque ni “ humano “, ni “ hombre” , ni “mujer” , ni “ familia”, ni “gobierno”, ni “defensa”, ni “ economía”, ni “ propiedad” , ni “ sexo”, ni “ salud” , ni “ educación” , ni “ dinero” ni “ convivencia” ni prácticamente ningún concepto significan los mismo si te colocas en la escala de valores de lo comunal o en la escala de valores de lo individual.

Pero insisto, y en esto consiste la evidencia : lo estatal no es lo comunal. Por el contrario, lo individual y lo estatal conforman una misma realidad, dos caras de una misma moneda. No importa que ese estado se tilde de socialista o capitaliesta. Y de no “ hacer una verdadera revolución” que incluya lo colectivo y lo individual caminamos, enfermos de individualismo y de estatismo, hacia un conflicto cada vez mayor. Por eso me adhiero al concepto de revolución integral de la que hablan los autores del citado libro.

Rafael Rodrigo Navarro